3 de septiembre de 2005, fué un día hermoso.
Llegamos a las tres de la madrugada a Ocumare de la Costa. El cielo estaba poblado de estrellas que no se ven desde Caracas, pude distinguir a Orión y a Caciopea, entre otros.
El pueblo, totalmente dormido, parecía descierto, fantasma. No fué hasta temprano por la mañana que empezó a tomár vida.
Luego de desayunar y a comodar todo lo que nos llevaríamos a La Cienaga, emprendimos nuestra misión tomando los botes. Nos pusimos los salvavidas, tomamos nuestra valiosa carga, nuestras cosas y partimos rumbo al mar, con el sol en la espalda, levantandose con el día.
Cantamos dos canciones que escogí para ese momento: "Un Día Normal" de Juanes y "Color Esperanza" de Diego Torres. "Un Día Normal" fué la primera, siento por completo que fué la apropiada para empezar, pues, su letra se conjugaba con el amanecer, con lo que sentíamos, con lo que haríamos... "Hoy es un día normal, pero yo voy a hacerlo intenso...Porque nunca, sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, lamentablemente, nunca vuelve..."
Llegamos a un lugar intermedio entre el punto de partida y el de llegada, llamada La Gruta de la Virgen. Nos pareció apropiado.
Belkis, nuestra amiga espiritual, nuestra mensajera de los Ángeles, comenzó la ceremonia.
Ella llevó unas ofrendas para el mar;hermosos cristales, incienzo para el aíre; velas ofrenda al fuego y Moresby representó a la tierra.
Solicitamos permiso al mar para entregarle las ofrendas, rezamos un Padre Nuestros, tres Ave Maria y Tres Gloria. Le pedimos perdón a la naturaleza por tanto daño que le hace la humanidad. Todo esto mientras lanzabamos petalos y flores de hermosos colores a las aguas.
Luego Marielena, madre de Moresby, se disposo a ofrecer las cenizas de su hija en medio de las dos barcas.
Con lagrimas en los ojos, los presentes mirabamos aquellas cenizas flotando en el mar. De fondo, Belkis camtaba una oración al Espiritu Santo muy hermosa. Cuando cruzaron la embarcación, mi tata gritó: Allá va. Efectivamente iba rumbo a la gruta de la virgen. Yo no podía contener mis sentimiento y tambien lancé un grito al aire: MORESBY ADIOS MORESBY.
Entre soyosos, Belkis nos indica que Moresby se ha manifestado, de aquello puedo compartir algunas cosas:
- La vida después de la vida exite, y que lo más doloroso es darse cuenta cuanto estás en el más allá, que no perdonaste, la falta de perdón, el rencor, duelen mucho en todo el proceso de depuración de un alma. Amarnos, no pelear pues no sabemos cuando Dios dispone de nuestra vida para viajar a su lado. No llorarla más pues ella está en gracia de Dios.
Belkis nos dijo: " La Virgen a recibido sus cenizas".
Nos fuimos.
Al desembarcar, nos abrazamos. Yo lloré profundamente, necesitaba hacerlo, estaba y aún estoy muy conmovida.
Pasamos el día juntos. A la orilla del mar. Hablamos un rato de ella. Nos reimos. La recordamos y no lloramos.
Ella se fué un día de playa, al mar la entregamos.
Hasta siempre.
Llegamos a las tres de la madrugada a Ocumare de la Costa. El cielo estaba poblado de estrellas que no se ven desde Caracas, pude distinguir a Orión y a Caciopea, entre otros.
El pueblo, totalmente dormido, parecía descierto, fantasma. No fué hasta temprano por la mañana que empezó a tomár vida.
Luego de desayunar y a comodar todo lo que nos llevaríamos a La Cienaga, emprendimos nuestra misión tomando los botes. Nos pusimos los salvavidas, tomamos nuestra valiosa carga, nuestras cosas y partimos rumbo al mar, con el sol en la espalda, levantandose con el día.
Cantamos dos canciones que escogí para ese momento: "Un Día Normal" de Juanes y "Color Esperanza" de Diego Torres. "Un Día Normal" fué la primera, siento por completo que fué la apropiada para empezar, pues, su letra se conjugaba con el amanecer, con lo que sentíamos, con lo que haríamos... "Hoy es un día normal, pero yo voy a hacerlo intenso...Porque nunca, sabes lo que tienes hasta que lo pierdes, lamentablemente, nunca vuelve..."
Llegamos a un lugar intermedio entre el punto de partida y el de llegada, llamada La Gruta de la Virgen. Nos pareció apropiado.
Belkis, nuestra amiga espiritual, nuestra mensajera de los Ángeles, comenzó la ceremonia.
Ella llevó unas ofrendas para el mar;hermosos cristales, incienzo para el aíre; velas ofrenda al fuego y Moresby representó a la tierra.
Solicitamos permiso al mar para entregarle las ofrendas, rezamos un Padre Nuestros, tres Ave Maria y Tres Gloria. Le pedimos perdón a la naturaleza por tanto daño que le hace la humanidad. Todo esto mientras lanzabamos petalos y flores de hermosos colores a las aguas.
Luego Marielena, madre de Moresby, se disposo a ofrecer las cenizas de su hija en medio de las dos barcas.
Con lagrimas en los ojos, los presentes mirabamos aquellas cenizas flotando en el mar. De fondo, Belkis camtaba una oración al Espiritu Santo muy hermosa. Cuando cruzaron la embarcación, mi tata gritó: Allá va. Efectivamente iba rumbo a la gruta de la virgen. Yo no podía contener mis sentimiento y tambien lancé un grito al aire: MORESBY ADIOS MORESBY.
Entre soyosos, Belkis nos indica que Moresby se ha manifestado, de aquello puedo compartir algunas cosas:
- La vida después de la vida exite, y que lo más doloroso es darse cuenta cuanto estás en el más allá, que no perdonaste, la falta de perdón, el rencor, duelen mucho en todo el proceso de depuración de un alma. Amarnos, no pelear pues no sabemos cuando Dios dispone de nuestra vida para viajar a su lado. No llorarla más pues ella está en gracia de Dios.
Belkis nos dijo: " La Virgen a recibido sus cenizas".
Nos fuimos.
Al desembarcar, nos abrazamos. Yo lloré profundamente, necesitaba hacerlo, estaba y aún estoy muy conmovida.
Pasamos el día juntos. A la orilla del mar. Hablamos un rato de ella. Nos reimos. La recordamos y no lloramos.
Ella se fué un día de playa, al mar la entregamos.
Hasta siempre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario