viernes, 13 de abril de 2007

Maktub. ¿Estaba escrito?

Muchos amantes, amigos, conocidos, son victimas de las circunstancias.

Las circunstancias dentro de una relación se van dando por capricho, se unen con un poco de inseguridad o seguridad, experiencia o inexperiencias, en pocas palabras, se mezclan con lo que se lleva de vida hasta el momento que aparece la circunstancia.

Entonces, ¿qué sucede? Puede ser bueno o malo, lo cual “bueno” y “malo” son relativos.

A ver, las circunstancias son situaciones que te llevan a reaccionar de determinada manera: a llegar tarde o temprano a una cita amorosa o laboral, si hay una guerra en tu país o vives en la más intensa paz… todos son factores que determinarán la manera de comunicarnos, y definirán lo que transmitimos, luego, viene el bagaje de experiencias: Ejemplo: si como reclutador siempre un prototipo de candidato te dice que llega tarde porque se mató alguien en el metro, y si por “cosas de la vida” estás dentro de ese prototipo identificado por el especialista, así estés diciendo la verdad, la reclutadora ya está precavida, es una circunstancia que se ha presentado y que puede ser buena o mala.

Si sigo con este ejemplo podemos ver, en cuanto a la relatividad del rumbo del destino, que puede ser que no obtengas ese empleo… [Que malo] pero después consigues uno mejor, o sencillamente, esa empresa es de unos contrabandistas y te has salvado de caer preso… [Qué bueno]. Allí está el ejemplo de relatividad de lo bueno y lo malo de las distintas situaciones de la vida.

Se ve fácil, cuando se trata de situaciones cotidianas, pero cuando están involucrados los sentimiento de una o varias personas, no es tan sencillo, considero que la comunicación humana es extremadamente difícil y no por sus fonemas y grafemas, ni incluso por los medios utilizados en la actualidad, que indican la evolución de la comunicación entre humanos, no…; es compleja por la psiquis humana, su alma, su mente, la forma en que pensamos, por la forma en que nos criamos, por la forma en que vivimos.

La comunicación pudiera ser sencilla, si fuera nada más unir silabas, frases y párrafos, así pasa. Pero, todos estos elementos, van condimentados con la personalidad del que transmite el mensaje, y la personalidad es un todo de lo que mencioné antes: cultura, educación, creencias, alma, cuerpo, luego está el que lo recibe que tiene su propia personalidad y es allí donde vienen los problemas.

Una vez explicado este punto, interviene ahora en todo este rollo comunicacional, el Destino, pienso que el destino existe y se cumple, lo que no sé es hasta dónde llega la Voluntad de Dios, el Libre Albedrío y El Destino, luego concluí que El Destino y la Voluntad de Dios era lo mismo, ahora…¿dónde entra el libre albedrío?.

Hace poco vi la película… creo que se llama El Samurai, la que realizó Tom Cruise; en una de las últimas escenas el líder Samurai le pregunta a Tom: ¿Crees que un hombre pueda cambiar su destino? Y Tom le contesta: “Creo que un hombre hace lo que puede hasta que le llega el destino…” Guao, fue revelador para mis reflexiones, pues, es allí donde posiblemente está el Libre Albedrío, en lo que uno puede hacer, o cree hacer.


Me parece, que el Libre albedrío retraza el Destino más no evitarlo, bajo esta premisa, lo que ha de ser será no importando lo que hagas para evitar o forzar una situación, pues muchas de las circunstancias que mencionaba al principio del texto, fungen como “duendes” del destino para que este se cumpla...

Somos victimas de las circunstancias, pues, hablamos, actuamos, reaccionamos en base a ellas y a veces todo es confuso, a veces, se producen rompimientos, separaciones, alejamientos, uno se pregunta el por qué, si no se ha hecho nada malo en contra de esa persona o grupo, uno se pregunta qué pasó, y resulta que en toda esta mecánica de la comunicación y las circunstancias, algo hiciste, dijiste que iba en contra de un objetivo empresarial, cultural o en contra o a favor de costumbres y/o sentimientos de una persona, y es cuando pasan las cosas. A su vez uno va tomando posturas ante la vida que afectarán las relaciones por venir.

Es triste, porque, a veces, estas circunstancias te atrapan y uno no quiere alejarse, o alejar a los demás, pero, al ocurrir, hay que dejar ir… hay que cerrar el circulo, y dejar que venga lo que ha de venir, sobre todo después que has “hecho lo que puedes hacer a la llegada del destino” pues, así se piense que es malo los sucedido, pues toda separación o ruptura es dolorosa, algo ha de venir, y será la Voluntad de Dios o algo que definitivamente ya estaba escrito, que viene a ser lo mismo.

No toda circunstancia lleva a rupturas, de repente, un día llorabas por leer una noticia muy triste, y justo en ese momento, te ve el chico que tanto te has forzado en llamar su atención, y no es hasta ese momento que te ve frágil y tierna, que repara en ti… la circunstancia fue un enganche, será “bueno” o “malo” según lo que el destino tenga preparado.

La otra cara de la moneda es que, uno, va adquiriendo experiencia y se va cerrando o abriendo a las situaciones de la vida, es allí donde creces como persona o te quedas en el pasado, porque, se supone, y no se dónde lo dice, pero mi experiencia dice que es así, las cosas pasan, lo “errores”, los tropiezos, los triunfos ocurren para aprender, para premiar, para crecer, y es donde más fallamos, pues terminamos siendo, por nosotros mismos y no por culpa de los demás, rencorosos, intolerantes, rebeldes, groseros…cortando todo y a todos con la misma tijera sin dar otra oportunidad si es que la vida te la ofrece.

Donde más se nota lo expuesto, es en las relaciones, no solo amorosas, sino hasta de amistad. Un ejemplo: "le di una rosa y no la recibió como yo esperaba" y resulta que ella en su mente: "otra rosa roja, solo quiere acostarse conmigo". Y con todo ese pastel en la cabeza de cada quien, termina una relación que no terminó de cuajar y todo por una rosa, una palabra, un gesto y como, los seres humanos somos particularmente sensibles, nos dá miedo expresarnos, comunicarnos. abrir el corazón por miedo o rencor, egoísmo, vanidad, otras experiencias traumaticas ...y ¡zuas! nunca se aclaran las cosas.

Esto último generalmente pasa, cuando la persona no nos importa demaciado, o renuncias muy rápido, porque si trataras de hablar más quizás descubrirías, que ella tenía una mala idea de lo que eran las rosas rojas, y ella vería que no toda rosa roja significa una invitación a la cama... ¿cosas del destino?¿no era para ti?. Solo el tiempo lo dirá

Es complejo. No se como pude escribir todo esto que no es una verdad absoluta, es... algo que siento por dentro y tenía que decir, porque, me siento victima de algunas circunstancias que debo dejar fluir.

Mich
16/08/2006
9:00 p.m.

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