Pienso que ser vigilante no es nada fácil.
En este país también hace falta control en integración de estas empresas privadas de seguridad al sistema urbano para la prevención del crimen. Alguien lo propuso, pero como todo, el furor del momento es lo que cuenta, luego se olvida.
He observado los distintos vigilantes que han servido en el Edificio en el que vivo. Todos procedentes de distintas empresas, pues estas, ofrecen villas y castillas y cuando se desarrollan los días, nada de lo prometido sale a flote, provocando una rotación continua de empresas.
Al principio, cuando el boom del robo de apartamentos se presentó en nuestra zona, los primeros vigilantes de casualidad tenían baño, agua, un lugar donde calentar la comida.
Eso ha mejorado, pero ellos no colaboran; algunos han permitido que personas ajenas al edificio entren en los baños, no cuidan el agua, no cuidan el filtro que se les puso en una oportunidad.
Hace poco se les cambió el retrete, pues la que tenían ya no se desmanchaba ni con cloro. Esto en cuanto a su estadia en el edifico. Otro asunto, es que las compañias para las que trabajan, no les dan ningún tipo de armamento, o por lo menos, algo con que defenderse: no tienen spray, ni rolo, ni una pistola de agua, nada.
Cuando se presenta algo, los primeros que corren son ellos (en algunos casos).
Algo que traté de instalar varias veces para el uso de los vigilantes fue un teléfono, la solución vino de la mano de la varidad en los servicios telefónicos, y la empresa de vigilancia actual, le da a sus vigilantes un teléfono de esos "Habla ya" responsabilidad de la compañía y por ende del vigilante, lo enchufan y listo: por allí los supervisan, ellos pueden hacer llamadas de emergencia y no duden que también recibiran llamadas de sus familiares.
Los vigilantes se aburren haciendo sus guardias, pero se molestan o no hacen bien las cosas cuando los pones a cumplir las normas establecidas, no hay ninguno que dure en el tiempo y haga bien su trabajo. Son pocos, muy contados con los dedos.
Es un empleo, donde su fuerza laboral está muy marginada, mal empleada, no controlada ni fiscalizada, al punto, que veo viejos que todavía trabajan en estas empresas, eso me rompe el corazón, no me parece justo, no me parece que esté bien, y decirle que no, es decirle que no a su pan diario, y decirles que si, a estos viejos, puede costarle la vida, no exagero.
Estos vigilantes están muy abandonados por la ley. No cuentan con un buen seguro, no poseen un buen entrenamiento, y algunos, a pensar de su dudosa conducta, no son reprimidos, sino cambiados de edificio. Caramba, no se de cuanto porcentaje estoy hablando, pero hasta ahora, todas las compañias, que han pasado durante estos 20 años por mi residencia, no me desmiente, creo que es un caso a parte, las que trabajan para empresas privadas, pero de ellos si que no se nada.
Considero que el gobierno, a través de un sistema centralizado, tenga la base de datos de estas empresas privadas de vigilancia. Con esto, podrá exigirle a cada una, que paguen el INCE - si funcionara correctamente - , y poder darles a estos trabajadores cursos de: Comunicación efectiva, Defensa Personal, Primeros Auxilios, y algún otro curso correspondiente a su trabajo; no sé, algo como: Tipología de un criminal, Vigilancia Efectiva, Como no dormirte mientras laboras.
Mich.
Abril 2007
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